EL CARRO, EL PSICONAUTA DEL TAROT

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Imagen del tarot de Sarah Wheatley - El carro

Sobre este arcano Sallie Nicholls nos cuenta en su libro "Jung y el tarot":

 

 

"El carro parece un símbolo apropiado para describir el poder conductor de la psique. La psique no es un objeto, una cosa: es un proceso. El movimiento es su esencia. Así como el paisaje exterior fluye mientras viajamos, así mismo, para el ojo interior, las imágenes se suceden como una película. Esto es lo que sintonizamos cuando cerramos nuestros ojos a la realidad exterior y, montados en este carro, emprendemos un viaje hacia nuestro interior. Estas imágenes, apenas vislumbradas, algunas veces totalmente irreconocidas, dan forma sin embargo a nuestra vida y acciones. Contienen la semilla misma de la vida."


 

 

El Carro es el psiconauta del tarot, aquel que explora los extensos territorios interiores de la psique. Este psiconauta, montado en su peculiar vehículo cuyas ruedas están ancladas en la tierra y cuyos caballos tiran en direcciones opuestas, no necesita moverse de su lugar físico para poder viajar a los mundos de la imaginación y del inconsciente. 

Este explorador incansable, por fin ha comprendido que más allá del reino físico y material existe un mundo infinito al cual se puede acceder mediante la visión interior y la introspección. Este intrépido psiconauta es el Observador que viaja a través de los sueños, de la meditación, de la visualización, de la contemplación ecuánime y desapegada de la propia mente. A este conductor estrambótico le basta con cerrar los ojos, con dirigir su atención hacia su interior, con anclarse al aquí y ahora mediante su respiración y deslizarse a través del presente al otro lado del espejo. Se convierte en espectador maravillado del despliegue de imágenes, historias y mundos que se produce en la psique y que desfilan ante su ojo interior a toda velocidad.

 

Y en sus viajes descubre colecciones de imágenes, símbolos y pensamientos interminables y sorprendentes. El psiconauta, con su vehículo interior, cartografía todo ese material psíquico abundante y enigmático que aflora de su inconsciente individual y del inconsciente colectivo. Este aventurero navega sin brújula por los sueños que flotan en el mundo onírico, por todo lo que emerge durante la práctica de la meditación. Bucea en las capas más más profundas de la psique sorprendiéndose de todo lo que ahí duerme esperando a ser descubierto y contacta con mundos arquetípicos cuya comprensión profunda reside más allá de las palabras y de la lógica mundana. El psiconauta conecta con algo más allá de su conciencia personal y accede a los reinos transpersonales quedando deslumbrado por la enigmática orografía de la conciencia, por la oceánica experiencia de viajar más allá de los confines de la mente.

 

 

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